Pastel de queso vasco
El pastel de queso vasco, también conocido como tarta de queso vasca, cheesecake vasco, tarta de queso La Viña o tarta quemada vasca, es un postre que en los últimos años se ha vuelto muy popular en todo el mundo. De hecho, en el 2021, el New York Times lo eligió como “el sabor del año”. Sus principales características son que es súper cremoso y que tiene una apariencia quemada, con bordes irregulares.
Es originario del restaurante La Viña en San Sebastián, donde se ha horneado desde 1990. A diferencia de otros pasteles de queso, este no lleva base de galleta y tampoco se sirve con ningún tipo de mermelada o caramelo. Por lo general los pasteles de queso son densos, pero al hornear el pastel de queso vasco en un horno a alta temperatura se logra que el interior quede suave y cremoso, mientras que el exterior se carameliza. 
Con sólo cinco ingredientes, prepararlo es bastante sencillo; eso sí, tienes que seguir las instrucciones al pie de la letra para lograr esa textura suave y cremosa por dentro, y tostada y crujiente por fuera. El punto clave es la temperatura al momento del horneado, y para mi gusto, es básico tener un termómetro de cocina. 
Te invito a probar una de las recetas más famosas de los últimos años, y a constatar por ti mismo su sabor y textura. Probablemente te digan lo que me dijo mi hijo: “Mamá, cómo que se te quemo el pastel…no te sientas mal, pero es el pastel más feo que has hecho”. Pero después de probarlo les cambia la percepción.
- 7 huevos, temperatura ambiente
- 397 gramos azúcar
- 1 kilogramo de queso crema, temperatura ambiente y en trozos
- 1 taza crema para batir, temperatura ambiente
- ¼ taza harina para todo uso
- Precalienta el horno a 220°C. Te recomiendo que quites la rejilla de arriba porque infla mucho al hornear.
- Para forrar el molde, primero moja con agua ligeramente dos cuadrados de 30x30 cm de papel para hornear. Aplasta cada trozo de papel hasta formar una bola y luego desenvuélvelos. Presiona el fondo y los lados de un molde desmontable de 20 cm, superponiendo ligeramente los papeles para hornear. Dobla el papel que sobresale sobre el borde del molde. Con unas tijeras, recorta el papel que sobresale hasta que quede de unos 2 cm, así será más fácil desmoldar el pastel.
- En un tazón grande coloca los huevos y añade el azúcar. Con una licuadora de inmersión, procesa hasta que la mezcla esté espumosa y de un color amarillo pálido. Agrega el queso crema, crema para batir y harina. Continúa batiendo con la licuadora de inmersión hasta que el queso crema se deshaga en trozos pequeños. Aumenta la velocidad y bate hasta que la mezcla este totalmente suave, aproximadamente 2 minutos.
- Vierte la masa en el molde preparado y coloca en una charola. Hornea hasta que la parte de arriba del pastel este bastante dorada y el centro del pastel registre 68°C (el centro estará muy suave), entre 45-55 minutos. Retira del horno y deja enfriar sobre una rejilla por lo menos 2 horas.
- Después de ese tiempo, abre el broche del molde, y retira el pastel ayudándote del papel. Para cortar el pastel, moja un cuchillo con agua caliente y seca antes de cada corte. Lo ideal es comer el pastel a temperatura ambiente. Puedes refrigerar lo que sobra, pero asegúrate de sacarlo del refri 1 hora antes de servirlo para que el interior este suave.
- ¡A disfrutar!
